El día que conoció a Francesca Bridgerton, Michael probó por primera vez el dulce sabor del amor y el amargo gusto de la desesperación. Porque ella era la única de las muchas mujeres que había conocido que le inspiraba autentica pasión, pero era también la mujer de su primo John, al que quería más que a un hermano. El destino interviene y John muere de forma repentina. Su desaparición proporciona a Michael riqueza y posición... pero lo único que siempre envidió de el sigue estando fuera de su alcance, tras la infranqueable barrera del remordimiento. Francesca no entiende por qué el mejor amigo de John y en quien ella misma siempre ha buscado apoyo, no está a su lado para consolarla. Algo en su interior le dice que debe dar un pequeño paso, apenas un gesto, para que el secreto de Michael salga por fin a la luz. Pero esa misma voz le dice también que cuando lo haga su propia vida cambiará para siempre.
Retomo la saga de los Bridgerton que dejé anclada hace ya algún tiempo. Esta vez con el sexto libro que tiene como protagonista a Francesca, uno de los personajes menos conocidos de la familia, ya que apenas aparece en las anteriores novelas.
Para Francesca, Michael continúa siendo su mejor amigo, cuando vivía John los tres eran inseparables. A pesar de haber estado distanciados, el afecto sigue vivo entre ellos. Sin embargo, ella empieza a sentir por Michael algo más profundo que la amistad, aunque le cuesta reconocerlo. Ambos deberán ser capaces de dar rienda suelta a sus verdaderos sentimientos.
Tenía grandes expectativas con este libro porque había leído muy buenas críticas sobre él, y no es que no me haya gustado, ni mucho menos, me ha parecido una preciosa historia. Pero la forma de actuar de los protagonistas me ha llegado a cansar un poco.
Francesca es una joven dulce y alegre, muy enamorada de su marido John, a la que la muerte repentina de este deja desolada. El único soporte que le queda, aparte de su madre y su familia es Michael, primo de John y el mejor amigo del matrimonio. Todo el mundo considera a Michael, un seductor a quien no le interesa el amor. Pero lo que nadie sabe es que está enamorado de Francesca incluso antes de casarse con su primo. Y aunque este ha muerto, no quiere casarse con ella, pues para él sería lo mismo que traicionar a John.
Por otro lado, en Francesca empiezan a nacer unos sentimientos profundos por Michael, que van más allá de la amistad, pero ella no quiere reconocerlo. Y así, entre indecisiones, dilemas, conflictos morales, entre estos dos protagonistas, transcurre la mayor parte de la novela, convirtiéndose en cierto modo, en algo repetitivo, que es lo que menos me gusta. Menos mal, que nos deja un final emotivo y de lo más bonito, que ha hecho que ganara puntos a su favor.
Como suele ser habitual en las novelas de la saga, aparecen algunos miembros de la familia Bridgerton, en este caso Elosise y Hyacinth, aunque muy brevemente, y su hermano Colin, que tendrá una participación decisiva e influyente para los personajes de la novela.
Por lo demás, la ambientación sigue la línea de las anteriores novelas, mostrándonos a la alta sociedad de la época, los lujosos bailes y banquetes a los que asistían y demás costumbres de aquel tiempo.
A pesar de que ha habido alguna parte que no me ha convencido, no puedo negar que es una preciosa y tierna historia de amor, con unos protagonistas de lo más adorables que están hechos el uno para el otro, aunque ellos no sepan verlo y que tendrán que afrontar sus verdaderos sentimientos y darse cuenta de que lo más importante es ser feliz al lado de quien realmente amas.
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