viernes, 13 de julio de 2018

LA MUJER PERDIDA

LA MUJER PERDIDA
"Lost Woman"
Autora: Jude Deveraux
(Saga James River III)
Subgénero: Histórica (Regencia)
Año de Publicación: 1985
Editorial Vergara
⭐⭐

Inglaterra- Norteamérica 1797

Cuando Regan Weston descubre que su prometido solo quiere casarse con ella por su dinero y así su tío , que es con quien vive desde que murieron sus padres, podrá deshacerse de ella, decide abandonar su hogar. Así, sola, sin rumbo, con tan solo lo que lleva puesto, acaba deambulando por los muelles de Londres, donde la encuentra Travis Stanford, un terrateniente norteamericano que ha venido a hacer negocios a Inglaterra. Confundiéndola con una prostituta, la lleva a la habitación donde se hospeda y pasa la noche con ella. Al darse cuenta del error que ha cometido, quiere ayudarla y devolverla a su casa, pero Regan se niega a volver y la única forma que encuentra Travis de protegerla es llevarla consigo a América.

Después de una larga y accidentada travesía en el barco, en el que se hacen pasar por marido y mujer, llegan a las costas norteamericanas. De camino a la propiedad de Travis, en Virginia, este decide contraer matrimonio con Regan, y aunque en principio ella no quiere, por lo inesperado de la petición, acaba accediendo.

A su llegada a la plantación, Regan queda abrumada ante la magnitud de esas tierras. Travis decide que sea ella la que dirija las labores de la casa y a los sirvientes. Regan, que nunca ha dispuesto nada en su vida, ya que su tío la tuvo encerrada y decidió siempre por ella desde que se quedó huérfana, se siente incapaz de llevar a cabo esta tarea y enseguida choca con el personal de la casa, que la rechaza desde un primer momento. Además, aparece en escena Margo Jenkins, propietaria de la plantación contigua y antigua amante de Travis, quien siempre dio por hecho que se casaría con ella.

Humillada ante esta situación, Regan decide marcharse. Otra vez, sola, sin saber a dónde ir, recae en un desolado pueblo donde apenas hay habitantes. Allí, sin más ayuda que la de Brandy, una muchacha del lugar, debe aprender a seguir adelante por sí misma.

Tercer libro de la saga "James River" escrita por Jude Deveraux, y la verdad, no es de las mejores sagas si la comparamos con otras de esta misma autora.
Lo que me parece más importante a destacar en esta novela es la evolución del personaje de Regan. En un primer momento aparece como una muchacha inocente, que no conoce el mundo y no sabe tomar sus propias decisiones. Después de todas las vicisitudes por las que tiene que pasar, se convierte en una mujer independiente, segura de sí misma, que sabe dirigir perfectamente un negocio y también su vida. Puede parecer poco creíble, pero resulta interesante ver que una mujer de esa época es capaz de cambiar de ese modo y lograr lo que se propone.

Y en cuanto a Travis, pienso que es un hombre muy bueno, pero un tanto autoritario. Es cierto que lo que hace es por el bien de Regan, pero es que no le deja dar su opinión en ningún momento, ni siquiera a la hora de casarse con ella. Tanto es así que en un momento de la novela Regan le dice a Travis: "No puedo volver a tu plantación para que me anules. La única manera de ser yo misma es estar lejos de ti". Aunque más adelante se puede comprobar que no lo decía totalmente en serio.

Las escenas sexuales entre los protagonistas me parece repetitivas e innecesarias la mayoría de las veces. Por la forma en que las describe, la autora parece que está dando a entender que solamente se atraen por un deseo puramente sexual; cada vez que hablan o discuten acaban en la cama.

A pesar de tratarse de una buena historia, pienso que no está bien desarrollada. La novela cuenta muchas veces con ciertas situaciones inverosímiles, como es el encuentro entre Regan y Travis en los muelles de Londres y como aquella en la que deja que él le haga el amor sin más. Parece alcanzar su punto más interesante cuando ambos se encuentran en la plantación de Travis en América, y Regan se marcha y decide seguir por sí misma. Sin embargo, vuelve a decaer en la parte final, rozando en muchos casos la cursilería, (no hay más que ver la declaración de Travis a Regan a través de un número interminable de flores), para acabar con un final demasiado precipitado.

No se trata, desde luego, de una de las mejores novelas de Jude Deveraux. Puede resultar entretenida en muchas ocasiones, pero es una pena que no haya sabido tratar mejor un argumento, que en principio, no estaba mal planteado.

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